オビエドの中に、サンファン島先住民によるスペイン人溺死実証実験を

Historia general y natural de las Indias (1535)
Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés
Capítulo VIII

E juntados los señores de la isla en secreto, para disputar desta materia, acordaron que antes que se moviesen a su rebelión, era bien experimentar primero aquesto, y salir de su dubda, y hacer la experiencia en algún cristiano desmandado o que pudiesen haber aparte e solo. Y tomó cargo de saberlo un cacique llamado Urayoán, señor de la provincia de Yaguaca, el cual para ello tuvo esta manera. Acaescióse en su tierra un mancebo, que se llamaba Salcedo e pasaba a donde los cristianos estaban, y por manera de le hacer cortesía e ayudarle a llevar su ropa, envió este cacique con él quince o veinte indios, después que le hobo dado muy bien de comer e mostradole mucho amor. El cual, yendo seguro e muy obligado al cacique por el buen acogimiento, al pasar de un río que se dice Guarabo, que es a la parte occidental, y entra en la bahía en que agora está el pueblo e villa de Sanct Germán, dijéronle: "Señor, ¿quieres que te pasemos, porque no te mojes?" Y él dijo que sí, e holgó dello: que no debiera, siquiera porque, demás del peligro notorio en que caen los que confían de sus enemigos, se declaran los hombres que tal hacen, por de poca prudencia. Los indios le tomaron sobre sus hombros, para lo cual se escogieron los más recios y de más esfuerzo, y cuando fueron en la mitad del río, metiéronle debajo, del agua y cargaron con él los que le pasaban e los que habían quedado mirándole, porque todos iban, para su muerte, de un acuerdo, e ahogáronle. Y después que estuvo muerto, sacáronle a la ribera y costa del río, e decíanle: "Señor Salcedo, levántate y perdónanos: que caímos contigo, e iremos nuestro camino." E con estas preguntas e otras tales le tuvieron así tres días, hasta que olió mal, y aun hasta entonces ni creían que aquél estaba muerto ni que los cristianos morían.